Los 4 estilos del liderazgo situacional

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¿Qué tipo de líder eres?
Los 4 estilos del liderazgo situacional

 

Todos somos diferentes y todos debemos ser tratados de distinta manera. Es más, podemos ser diferentes versiones de nosotros mismos, dependiendo de nuestra situación y nuestras emociones.

En liderazgo, conocer esto es muy importante, ya hay que muchas maneras de tratar al talento, muchas formas de comportamiento y muchos tipos de liderazgo. No existe una fórmula correcta, debemos analizar a las personas con las que vamos a tratar, adaptarnos a ellas y a la situación. Esto se llama liderazgo situacional y existen 4 estilos de liderazgo que te van a ayudar a conocer qué tipo de líder eres.

Directivo

El líder toma las decisiones y deja unas directrices muy claras de cómo, cuándo y qué quiere. Es un buen líder para perfiles que carecen de habilidad y motivación. ¡Mucho cuidado! Este estilo, no bien adecuado, puede generar desmotivación, desacuerdos y frustración por parte del colaborador, al no participar y ser escuchado.

Persuasivo

El líder sigue diciendo qué hay que hacer, pero está abierto a escuchar nuevas ideas, a preguntar a su equipo y a premiar por el trabajo bien hecho. Ideal para cuando quieres que tu equipo innove, sea proactivo y esté satisfecho. En su límite, puede generar desorganización y trabajar en proyectos sin objetivo. Para solucionarlo, tendrá que establecer métodos para analizar esas ideas y crear un plan de acción para llevarlas a cabo.

Participativo

Cuenta con todo el equipo para la escucha, toma de decisiones y el control. El equipo empieza a tener responsabilidades mayores, alta motivación y trabajo en común. Este tipo de liderazgo logrará potenciar el talento de los colaboradores y ayudarles a crecer. Para ello, tiene que asegurarse y seguir trabajando en formar a su equipo, porque, en su extremo, tiende a delegar cuando los colaboradores aún no están preparados para ello. Lo que puede traer malos resultados.

Delegador

Trabaja analizando e impulsando el talento. Va delegando tareas en el equipo, de manera que los colaboradores se vuelven cada día más autónomos. Es un líder que guía y apoya en la distancia, les muestra confianza, supervisa y valora el trabajo. Ideal para trabajadores que saben, quieren y pueden hacer el trabajo. ¡Pero cuidado! Cuando un líder se vuelve delegador antes de que el colaborador esté preparado, puede generar frustración y sentimiento de estar perdido por parte del colaborador.

Seguramente te habrás visto identificado con todos y cada uno de ellos en alguna ocasión. ¡Eso es perfecto! Solemos tener un estilo predominante, pero debemos intentar adaptarnos a cada plantilla, cada equipo y cada momento.

Ser el 100% de un estilo de liderazgo concreto, nos puede traer grandes problemas en la gestión y los resultados del equipo. Por lo que debes dedicarle tiempo a conocer a tu equipo, escucharlo y descubrir que les motiva. La clave es trabajar para aplicar cada estilo de liderazgo teniendo en cuenta, el momento en el que está la otra persona, cómo se siente y sus comportamientos.

Si trabajas con los 4 estilos de liderazgo, adaptándote a cada talento, serás un gran líder, con un equipo exitoso y muy querido.

Por: Carina Villa

 

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